Alfredo Martinez Sanchez

©Alfredo Martinez Sanchez (2017-2023)

lunes, 29 de octubre de 2018

How Does Mindfulness Meditation Works? Proposing Mechanisms of Action From Conceptual and Neural Perspective (2012)

[En construcción]

Artículo publicado en 2012 Perspectives on Psychological Science 6, 537-559.
Autores: Hölzel, Lazar, Gard, Schuman-Olivier, Vago y Ott.

Se trata de un trabajo relevante con respecto a los beneficios del mindfulness (los autores utilizan la expresión "meditación mindfulness", en lo que sigue MM), avanzando en la compresión de los mecanismos, tanto psicológicos como neuronales, mediante los que se producen tales beneficios. Con la intención de ofrecer un marco teórico en el que integrar los distintos aspectos que han sido señalados en la literatura, los autores distinguen cuatro componentes de la meditación mindfulness. Estos cuatro componentes mediante los que la MM ejerce (en gran medida, no necesariamente de forma exclusiva) sus efectos serían:
-La regulación de la atención.
-La conciencia del cuerpo.
-La regulación emocional (incluyendo "reappraisal and exposure, extinction, and reconsolidation").
-El cambio en la perspectiva del yo (self).
Los autores sostienen que estos mecanismo actuan sinergicamente para favorecer la autoregulación.

1) REGULACIÓN DE LA ATENCIÓN
Mantener la atención sobre el objeto elegegido (la respiración, las sensaciones corporales, una emoción, etc., -quizás podría haber cierta discusión sobre los ejemplos del mantra y la visualización-) descartando las distracciones y volviendo al objeto cada vez que se es consciente de la distracción es una práctica básica de mindfulness. En términos psicológicos se denomina "conflict monitoring" o "executive attention". La atención ejecutiva ha sido vinculada mediante estudios de neuroimagen a la actividad del cortex cingulado anterior.
Posiblemente otros tipos de atención sean también mejorados, aunque los resultados son aún preliminares, dependiendo del tipo de meditación (focalizada o abierta) y de si se trata de cursos relativamente cortos o de retiros más lasrgo con meditadores experiementados.
Como concluyen los autores, "Attention regulation -in particular conflict monitoring- seems to be an important mechanism that is often developed early in mindfulness practice" (541).

2) CONCIENCIA DEL CUERPO
(Body awareness) Siguiendo a Mehling et al., (2009) es entendida como la capacidad de darse cuenta de sensaciones corporales sutiles (p. 541). Aunque los practicantes de la meditación informan de una mejora en la conciencia corporal no parece haber evidencia empírica que constate esta afirmación. Sin embargo, ciertos resultados neurocientíficos sobre la meditación indican cambios en la función y en la estructura de las regiones cerebrales relacionadas con la conciencia corporal, concretamente en la ínsula (cuyo volumen de materia gris está correlacionado con la precisión interoceptiva y con la conciencia visceral). Estudios realizados sobre el típico curso de 8 semanas no revelaron cambios en la concentración de materia gris en la ínsula, pero sí en la intersección temporal-parietal (que posiblemente tiene un importante papel en la perspectiva en primera persona de los estados corporales -embodiment-). Meditadores experimentados, por otra parte, mostraron un incremento en la densidad cortical (el conocido experimento de Lazard et al., 2005, tantas veces citado -v., los comentarios en Altered Traits-), así como en la concentración de materia gris en la ínsula derecha anterior.
Parece ser que la conciencia corporal mejora la conciencia emocional, y ser consciente de las emociones permite su regulación. Por otra parte, la mejora en la conciencia corporal puede ayudar al tratamiento de ciertos trastornos psicológicos.
También se ha señalado la conexión entre conciencia corporal y empatía. Sin embargo, el argumento neurocientífico de que las mismas regiones cerebrales se activan tanto con la conciencia corporal como con las respuestas empáticas, aunque sugiere una posible relación, no demuestra nada por sí mismo.

3) REGULACIÓN DE LAS EMOCIONES
La regulación emocional es entendida como la ateración de las respuestas emocionales en curso mediante la acción de procesos regulatorios. La regulación emocional aparecería en el Satipatthana Sutta como superación de la pena y la aflicción.
Desde un punto de vista neurocientífico, algunos estudios han encontrado un incremento de la activación prefrontal y del control prefrontal sobre la amigdala asociados con mindfulness. Pero el uso del término "mindfulness" aquí puede ser equívoco, ya que, como señalan los autores, no se refiere a la práctica del mindfulness (MM) sino al mindfulness disposicional, es decir, a una serie de características psicológicas que presentan algunas personas (por ejemplo, las medidas mediante la "Mindful Attention Awareness Scale". Otros estudios sí han detectado una activación de ciertas áreas cerebrales relevantes para la regulación emocional asociada con la MM.
La expresión "regulación emocional" es un término paraguas que abarca un amplio espectro de estrategias. Para clasificar los distintos tipos de regulación emocional se ha propuesto distinguir entre regulación conductual y regulación cognitiva. A su vez, dentro de la regulación cognitiva se ha distinguido entre control atencional y cambio cognitivo. Los autores se detenienen en dos tipos de cambio cognitivo, la reevaluación y la extinción (p. 544).
La reevaluación (reapraisal) supone reinterpretar el significado de un estímulo para cambiar la respuesta emocional [cf., clase dedicada a la percepción y la interpretación en MBSR].
Gartland et al., describe la regulación emocional "midful" como positive reappraisal, o el proceso adaptativo a través del cual acontecimientos estresantes son reconstruidos como beneficiosos, significativos o inofensivos (por ejemplo, pensar que se puede aprender algo de una situación difícil) (p. 545).
Sin embargo, este punto es controvertido ya que otros estudios sugieren la ausencia de control cognitivo -y, en esta medida, de reevaluación- en la MM. La presencia o ausencia de control cognitivo en la MM se ha relacionado con el hecho de que el procesamiento de los estímulos sea de arriba-abajo (presencia) o de abajo-arriba (ausencia). En el primer caso, el correlato neuronal correspondiente estaría asociado con la activación de áreas del cortex prefrontal. Parece ser que ciertos elementos de la MM pueden implicar control cognitivo sobre las respuestas emocionales, mientras que otros supondrían su ausencia. Los autores sugieren también la posibilidad de que los meditadores más experimentados necesiten menos control cognitivo, lo que se reflejaría en una menor activación prefrontal (p. 545).

La extinción supone romper la conexión estímulo-respuesta [recuerda directamente el paso de reaccionar a responder en los términos propuestos por Kabat-Zinn]. El practicamente de mindfulness se expone a sí mismo a cualquier cosa que aparezca en su campo de conciencia, incluyendo tanto estímulos externos como sensaciones corporales y experiencias emocionales, aceptándolos en lugar de evitarlos o de dejarse llevar por tendencias reactivas (sobre esta cuestión, v., los problemas que puede suscitar en practicantes con trauma, así como las diferencias entre mindfulness y técnicas de exposición en Treleaven (2018)].



4) CAMBIO EN LA PERSPECTIVA DEL YO
En la psicología y la filosofía budistas es fundamental el cambio en la manera de concebir el yo (self). Los autores interpretan este cambio en términos de desidentificación, que, a su vez, implica la introducción de las nociones de metaconciencia* y de yo-observador o perspectiva del observador. Cabe distinguir dos formas de desidentificación, la desidentificación con respecto al propio yo (coincidiendo con la negación budista de un yo sólido, concreto e independiente -v., p. 547), y la desidenficación con respecto a los contenidos de la conciencia (o a ciertos contenidos mentales, como los pensamientos). Aunque esta segunda forma de desidentificación puede considerarse como límitada o parcial, los autores entienden que ya implica un cambio en la perspectiva sobre el sentido del yo y una alteración de la experiencia subjetiva en primera persona.
Si bien existe algún estudio que correlaciona estos cambios con cambios funcionales y estructurales en el cerebro, los autores señalan en este punto la dificultad que puede suponer para la investigación empírica el problema de especificar teórica y conceptualmente la noción de "yo" (I, me, ego, self, etc.). 

INTEGRACIÓN
En la página 549 los autores ofrecen un ejemplo de cómo los 4 factores interactuan.

SELF-COMPASSION
El artículo incluye una sección final dedicada a la autocompasión (Neff, 2003). Para los autores, la autocompasión puede estar más relacionada con la regulación emocional y con el cambio en la perspectiva del yo. Sin embargo, los datos sobre la relación entre mindfulness y autocompasión son aún escasos.

CONCLUSIONES
-El conocimiento de los mecanismos subyacentes del mindfulness está aún en su infancia.
-Distintos componentes pueden variar en relevancia con respecto a:
               -diferentes tipos de prácticas meditativas basadas en mindfulness,
               -niveles de competencia y experiencia en meditación,
               -tipos de personalidad y situaciones específicas.
-La meditación mindfulness implica un proceso de mejora de la autoregulación, en el que pueden distinguirse los cuatro componentes interrelacionados.

*La metaconciencia (meta-awareness) es concebida como "a form of subjective experience and executive monitoring, in which one takes a nonconceptual perspective as a distributed form of attention toward the contents of consciouss experience and the processes involved" (p. 547).




martes, 23 de octubre de 2018

NO PENSAR LOS PENSAMIENTOS

¿Es posible dejar de pensar?

La idea de que mediante la meditación uno puede dejar de pensar es una creencia bastante popular. En el caso concreto del mindfulness se trata más bien de un malentendido.

Lo cierto es que el objetivo del mindfulness no es que deje de haber pensamientos, e igualmente cierto es que el producir pensamientos está en la naturaleza de la mente.
 De hecho, es frecuente que uno de los primeros efectos de la meditación sea tomar conciencia del carácter torrencial del pensamiento. Puede dar la impresión de que el flujo de los pensamientos se ha incrementado, pero lo más probable es que simplemente estemos tomando conciencia de lo que siempre ha estado ahí. Algunos autores afirman que tener esa sensación es una buena señal, pues indica que, de alguna forma, ya estamos avanzando, o dando un primer paso, en nuestra práctica.

Además, combatir los pensamientos (incluyendo la resistencia y la evitación) puede ser contraproducente y es contrario al espíritu y a la práctica de mindfulness.

SIN EMBARGO, los niveles de concentración y de calma pueden hacer (insisto "pueden", por tanto, no necesariamente) que el flujo de los pensamientos se ralentize y que aparezcan transitorios espacios de "silencio" mental (al menos aparentemente para el sujeto -un posible mecanismo subyacente es que dejemos de prestar atención a nuestros pensamientos al focalizar la atención en, por ejemplo, la respiración-).
Por otra parte, y creo que esto es más interesante, cuando "observamos" cómo los pensamientos surgen y pasan, cuando simplemente los dejamos estar y los dejamos ir, se prodría decir que "no estamos pensando los pensamientos". Hay pensamientos, pero, en cierto sentido, no estamos "pensándolos". No estamos pensando, sino observando. Nos hemos situado en la amplitud de la conciencia, y hemos permitido que surja un espacio entre el yo y el pensamiento (utilizo el término "yo" sin comprometerme con ninguna interpretación metafísica). 

En varias formas de meditación budista se busca cultivar cierto tipo de pensamientos, actitudes y emociones. En este sentido, tienen un carácter normativo.

Por otra parte, cuando tratamos de mantener la atención y "soltamos" los pensamientos, frecuentemente para regresar a la respiración (o a la conciencia, o de otros objetos) ¿hasta qué punto este "soltar" puede llegar a confundirse con una forma de evitación o supresión? A veces, precisamente, se usa la atención a la respiración o al cuerpo como vía para "soltar" los pensamientos, o determinados pensamientos.


NOTA
A veces, en situaciones de "presencia" intensa, puede haber también un momento en el que el pensamiento descansa. Por ejemplo, cuando tu atención no-juzgadora está tan conscientemente concentrada en la naturaleza (en alguna manifestación o en algún aspecto de la naturaleza) que, a la vez, pareces fundirte con ella. De algún modo, y hasta cierto punto, ya no hay más objeto y sujeto.

lunes, 15 de octubre de 2018

Más sobre la confusión en torno al mindfulness

En esta entrevista (2014), la investigadora, profesora y practicante Willoughby Britton comenta la confusión existente en torno al fenómeno del mindfulness (si bien la entrevista es posiblemente demasiado breve y se queda un poco en la superficie, lo que tampoco contribuye especialmente a despejar la confusión).

“The Messy Truth About Mindfulness”

martes, 2 de octubre de 2018

METAEMOCIONES

Llamaré metaemociones (en la bibliografía se pueden encontrar también otras expresiones) a las emociones que surgen a partir de otras emociones, es decir, emociones sobre emociones. Como enfadarse por estar triste o sentirse culpable con respecto a esa misma emoción, en este caso la metaemoción es el enfado o la culpa. Otro ejemplo es tener ansiedad acerca de la propia ansiedad, como veremos más abajo.

Quizás se podría distinguir entre metaemociones horizontales, o secuenciales, y verticales o simultáneas.

Frecuentemente, nuestras metaemociones se derivan de un juicio sobre la primera emoción, en un proceso del que no somos plenamente conscientes. En muchas ocasiones, estas metaemociones pueden ser como esa segunda (y evitable) flecha -de la que hablaba Buda- que nos clavamos a nosotros mismos.

En el siguiente video Russ Harris ilustra cómo a partir de la ansiedad se pueden suscitar otras emociones (incluyendo una ansiedad sobre la ansiedad). Aunque el autor no menciona el término, podemos considerar este segundo (o tercer) nivel de emociones como metaemociones. Harris también indica una vía para evitar las metaemociones contraproducentes, o que añanden un sufrimiento innecesario, dentro del paradigma de la Terapia de Acción y Compromiso (ACT):

ANXIETY