Alfredo Martinez Sanchez

©Alfredo Martinez Sanchez (2017-2023)

viernes, 22 de febrero de 2019

"Savoring versus Mindfulness"

[EN CONSTRUCCIÓN]

"Savoring" hace referencia a una manera de cultivar las experiencias positivas que, en una proporción relevante, tiene que ver con nuestra forma de prestar atención. En esta entrada voy a considerar las relaciones y las diferencias entre savoring y mindfulness.

Un texto de referencia es el libro Savoring, de Fred B Bryant y Joseph Veroff. En esta obra, los autores proponen aprender a cultivar "savoring", entendiendo este constructo como "la capacidad de prestar atención, apreciar e incrementar las experiencias positivas de la vida".


La noción de "cultivo" deliberado de ciertos rasgos cognitivos y/o emocionales está también presente en varias interpretaciones del término meditación y, de hecho, en eso consisten esencialmente algunos tipos de meditación, como la meditación "metta" (loving kindness) o las meditaciones enfocadas a cultivar la compasión.

Normalmente, se distingue entre la meditación mindfulness y las meditaciones que tienen como objetivo el cultivo de ciertos valores o actitudes. Por ejemplo, Dahl, Lutz y Davidson (2015) clasifican diferentes tipos de meditación en tres grandes categorías: la familia atencional, la constructiva y la deconstructiva. Mientras que las meditaciones del tipo metta (lovind kindness) y compasión son incluidas en la familia constructiva, las meditaciones de tipo mindfulness son incluidas bien en la familia atencional (tal y como aparecen en MBSR, MBCT -algunos componentes- y ACT), bien en la deconstructiva (tal y como aparecen en el budismo -los cuatro fundamentos del mindfulness-). Por tanto, aunque el midnfulness comparte con "savoring" el componente atencional, "savoring" está más cerca de las meditaciones de la familia constructiva en lo que concierne al cultivo de ciertos valores, actitudes o rasgos.

Una segunda y fundamental diferencia radica en el hecho de que el mindfulness se caracteriza por estar abierto a lo desagradable y a las emociones negativas.

El siguiente artículo aparecido en Psychology Today ofrece una buena aproximación (aunque la expresión "being positive" puede confundir): "Being Positive: It’s Not Mindfulness, It’s Savoring".

¿Qué significa que el "yo" es una ficción?

Que la idea de que el "yo" (o el "ego") es una ficción pueda aparecer, formulado de distintas manera, en el contexto del mindfulness no es de extrañar ya que la afirmación de que no existe un yo es uno de los principios básicos de cualquier forma de budismo (anatta, principio del no-yo -no-self-, en inglés-). Además, es un principio que distingue al budismo de otras religiones (si atendemos a su dimensión religiosa) y, filosóficamente, de otras concepciones de su entorno cultural original.

La idea de que el "yo" es una ficción puede entenderse, al menos, de dos formas. (1) Por una parte, en el sentido de que no existe un yo sustancial. Un yo sustancial sería, por ejemplo, la res cogitans cartesiana (sustancia pensante: alma, mente) y lo seía también el atman, noción hinduista frente a la que se propuso la concepción budista. Esta interpretación (el yo sustancial), que en mi opinión es la que mejor refleja el punto de vista budista, deja abierta la posibilidad de otras nociones del yo, que serían reales aunque no sustanciales. (2) Por otra parte estaría la negación absoluta del yo, el "yo" sería en todos los casos una mera palabra vacía o errónea, eterna fuente de confusión en la medida en que lleva a creer, sistemáticamente, en cosas que no existen.

Los problemas que plantea la existencia de un yo sustancial de tipo cartesiano son bien conocidos en la filosofía occidental, lo que ha conducido a la elaboración de nociones del yo (identidad, subjetividad, etc.) en términos de construcción sociocultural y psicológica, nociones del yo dinámicas y procesuales. Aquí, el término "construcción" puede equivaler en algún contexto al término "ficción", pero no en el sentido de que el término "yo" no describa un fenómeno real, sino solamente en el sentido de que ese fenómeno no es un yo sustancial. 

Tanto el budismo como la filosofía y la psicología occidentales nos ofrecen instrumentos para aprender sobre nuestra "sensación del yo" (nuestra impresión subjetiva) y para hacer más precisas nuestras creencias sobre eso que llamamos "yo".

 Por otra parte, en términos psicológicos -considerando el yo como un constructo psicológico- el yo es tan real como puedan serlo la depresión o la extraversión. 

 

Uno de los aspectos que encuentro más interesantes con relación a este tema es el de la construcción de la identidad personal y la identificación con determinadas creencias, historias y roles. Tanto desde el punto de vista budista como desde el mindfulness secular moderno, lo que llamamos "yo" es solamente un aspecto (o un conjunto de aspectos) limitado.
En uno de sus últimos libros, Yongey Mingyur Rimpoché ha escrito: "Sé que el miedo a soltar las identidades que me son familiares, del propio ego, no es más que miedo a la libertad misma" (Enamorado del Mundo, p. 61).


domingo, 10 de febrero de 2019

La Visión Pura

Creo que resulta bastante obvio que no existe una "visión pura" en sentido absoluto. Por "visión pura" entiendo una percepción o una comprensión que no esté mediada por factores socioculturales y psicológicos. Por tanto, no existe una percepción pura de "la realidad tal y como es" en un sentido absoluto.
Coincido plenamente con las palabras de Bhikkhu Bodhi cuando afirma "no creo que podamos jamás dejar de lado todos los determinantes y alcanzar un estado de absoluta apertura, vacuidad e indeterminación" (¿Qué significa verdaderamente el mindfulness? Una perspectiva canónica, p. 71). El autor hace esta afirmación en el contexto de una crítica a la conceptualización del mindfulness en términos de atención desnuda o de mera atención (bare attention). Frente a esta aproximación, propone una concepción gradual, con distintas capas de contenido conceptual, de manera que el mindfulness se movería en un espectro que implicaría capas más "pesadas", es decir, conceptualmente más cargadas, y otras más "livianas" (la referencia a un punto cero en un extremo del espectro creo que debe entenderse en referencia a la elaboración conceptual, no en un sentido absoluto, como ya hemos visto).

Desde otro punto de vista (y adoptando una interpretación fenomenológica de la noción de mundo), el profesor de Estudios Religiosos David L. McMahan ha subrayado la relevancia de los factores socioculturales: "even if two people are doing the "same" practice -mindfulness of breath, in our illustration- in widely different cultures, they may be cultivating very different ways of being in the world… They may be doing the same practice outlined in the same text, but they bring different content to the practice" (Meditation, Buddhism, and Science, p. 25).

Esta cuestión de la "visión pura" en términos absolutos podría confundirse con la cuestión de la experiencia directa. Pero, aunque no existe una visión pura en términos absolutos (toda visión, como señaló Ortega, es una perspectiva -si bien no todas las perspectivas son equivalentes), sí es posible el cultivo de la experiencia directa y la promoción de la conciencia de nuestras interpretaciones, patrones, expectativas y prejuicios.