Alfredo Martinez Sanchez

©Alfredo Martinez Sanchez (2017-2023)

martes, 26 de abril de 2022

ESTRÉS, EMOCIONES Y CULTURA ("Feeling bad is not always unhealthy: Culture Moderates the link between negative affect and diurnal cortisol profiles")

 A partir de que Kabat-Zinn conectara el mindfulness con la reducción del estrés en el programa MBSR (reducción del estrés basado en mindfulness), el estrés se convirtió en un concepto particularmente relevante en el contexto de la meditación y el mindfulness contemporáneos. El artículo que voy a comentar en esta entrada me parece importante no solo por lo que propone en relación al estrés, sino también por algunas reflexiones que pueden ser significativas con respecto al origen cultural del mindfulness. Hay, además, otras dos cuestiones que desde la perspectiva de este blog resultan interesantes, la relación entre emociones y cultura y la actitud ante las emociones negativas. 


Actualmente, la idea de que las emociones negativas pueden perjudicar la salud se ha difundido hasta ser popularmente asumida. Con independencia de otras consideraciones, hay evidencia empírica que sostiene esta creencia. La reacción espontánea será, por tanto, la de evitar las emociones negativas, luchar contra ellas o, al menos, controlarlas. Está reacción, añadiría yo, se ve reforzada o complementada por la tendencia natural de cualquier humano (y, en cierto sentido, de cualquier ser sintiente) a evitar lo que duele o molesta [varias entradas anteriores del blog tratan el tema de la evitación emocional y/o experiencial].

Park et al. (2020) examinaron si la cultura puede moderar la relación entre el afecto negativo y las respuestás biológicas al estrés (especialmente en el eje Hipotalámico-pituitario-adrenal, HPA). Para ello compararon las respuestas fisiológicas al afecto negativo de un grupo de estadounidenses con un grupo de japoneses y encontraron que solamente los primeros respondían con alteraciones en distintos marcadores que indican riesgo para la salud. 

La explicación ofrecida en este estudio a la respuesta de estadounidenses y japoneses es que la diferencia se debe a la manera distinta en que las emociones son culturalmente entendidas por unos y por otros ("These findings suggest that cultural differences in how emotions are construed may make the experience of negative affect more or less stressful and differentially consequencial for health"). 

La manera en que los autores describen estas diferencias culturales es interesante no solo desde el punto de vista de su investigación sino también en términos filosóficos. En la interpretación asiática tanto las emociones positivas como las negativas son vistas como "naturales, cíclicas e interconectadas en un continuo" (722). Según esta interpretación, que los autores denominan "perspectiva dialéctica", el afecto positivo y el negativo coexisten en un estado de equilibrio en lugar de ser mutuamente excluyentes de un manera dualista. Así el afecto negativo es considerado como relativamente pasajero, con el potencial de transformarse en direcciones más positivas, "because both negative and positive affect are natural, cyclical and interconnected on a continuum". En resumen, desde la perspectiva dialéctica asiática el afecto negativo no es considerado como un "problema" y, por tanto, como una fuente de estrés, sino como un componente natural o normal de la propia vida.

Por el contrario, en la perspectiva occidental aquí representada por los estadounidenses ("Americans"), el afecto negativo es interpretado como una amenaza para el yo (self), como la señal de una incapacidad o de un fracaso para regular impulsos problemáticos o para lidiar con las demandas del entorno. Lo que. a su vez, parece estar conectado con una actitud más general, el "principio hedónico" , según el cual la persecución del afecto positivo es vista como el medio fundamental para alcanzar el bienestar, mientras que, paralelamente, el afecto negativo es entendido como un estado adverso que debe ser evitado, o al menos controlado y mantenido a raya.




REFERENCIAS

Park, J., Kitayama, S., Miyamoto, Y. & Coe, C. (2020). Feeling bad is not always unhealthy: Culture moderates the link between negative affect and diurnal cortisol profiles. Emotion, 20, 721-733.