Alfredo Martinez Sanchez

©Alfredo Martinez Sanchez (2017-2023)

martes, 23 de octubre de 2018

NO PENSAR LOS PENSAMIENTOS

¿Es posible dejar de pensar?

La idea de que mediante la meditación uno puede dejar de pensar es una creencia bastante popular. En el caso concreto del mindfulness se trata más bien de un malentendido.

Lo cierto es que el objetivo del mindfulness no es que deje de haber pensamientos, e igualmente cierto es que el producir pensamientos está en la naturaleza de la mente.
 De hecho, es frecuente que uno de los primeros efectos de la meditación sea tomar conciencia del carácter torrencial del pensamiento. Puede dar la impresión de que el flujo de los pensamientos se ha incrementado, pero lo más probable es que simplemente estemos tomando conciencia de lo que siempre ha estado ahí. Algunos autores afirman que tener esa sensación es una buena señal, pues indica que, de alguna forma, ya estamos avanzando, o dando un primer paso, en nuestra práctica.

Además, combatir los pensamientos (incluyendo la resistencia y la evitación) puede ser contraproducente y es contrario al espíritu y a la práctica de mindfulness.

SIN EMBARGO, los niveles de concentración y de calma pueden hacer (insisto "pueden", por tanto, no necesariamente) que el flujo de los pensamientos se ralentize y que aparezcan transitorios espacios de "silencio" mental (al menos aparentemente para el sujeto -un posible mecanismo subyacente es que dejemos de prestar atención a nuestros pensamientos al focalizar la atención en, por ejemplo, la respiración-).
Por otra parte, y creo que esto es más interesante, cuando "observamos" cómo los pensamientos surgen y pasan, cuando simplemente los dejamos estar y los dejamos ir, se prodría decir que "no estamos pensando los pensamientos". Hay pensamientos, pero, en cierto sentido, no estamos "pensándolos". No estamos pensando, sino observando. Nos hemos situado en la amplitud de la conciencia, y hemos permitido que surja un espacio entre el yo y el pensamiento (utilizo el término "yo" sin comprometerme con ninguna interpretación metafísica). 

En varias formas de meditación budista se busca cultivar cierto tipo de pensamientos, actitudes y emociones. En este sentido, tienen un carácter normativo.

Por otra parte, cuando tratamos de mantener la atención y "soltamos" los pensamientos, frecuentemente para regresar a la respiración (o a la conciencia, o de otros objetos) ¿hasta qué punto este "soltar" puede llegar a confundirse con una forma de evitación o supresión? A veces, precisamente, se usa la atención a la respiración o al cuerpo como vía para "soltar" los pensamientos, o determinados pensamientos.


NOTA
A veces, en situaciones de "presencia" intensa, puede haber también un momento en el que el pensamiento descansa. Por ejemplo, cuando tu atención no-juzgadora está tan conscientemente concentrada en la naturaleza (en alguna manifestación o en algún aspecto de la naturaleza) que, a la vez, pareces fundirte con ella. De algún modo, y hasta cierto punto, ya no hay más objeto y sujeto.

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