Alfredo Martinez Sanchez

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viernes, 14 de septiembre de 2018

Guía de bolsillo de la TEORÍA POLIVAGAL de Stephen W. Porges

Debo decir que lo de "Guía de bolsillo" me parece demasiado modesto, aunque parece ser que comparado con el libro donde originalmente se expuso la teoría polivagal la calificación puede estar justificada (me refiero a Porges (2011). The Poyvagal Theory: Neurophysiological foundations of emotions, attachement, communication, and self-regulation).
Porges es conocido por sus aportaciones sobre la variabilidad de la frecuencia cardiaca y, posteriormente, ha desarrollado la teoría polivagal. "La teoría polivagal gira en torno a la comunicación cerebro-cuerpo con la intervención del nervio vago. La teoría nos hace ver que el funcionamiento de los órganos periféricos influye en los procesos cerebrales y viceversa" (p. 125). [Esta idea parece próxima a las propuestas de Antonio Damasio].

El nervio vago es el nervio principal del sistema nervioso parasimpático (que, a su vez, forma parte del sistema nervioso autónomo). Es un nervio craneal que forma un canal bidireccional entre el tronco encefálico y los órganos viscerales. Aproximadamente, un 20 por ciento de sus fibras son motoras, a través de ellas el cerebro actúa sobre los órganos modificando así nuestra fisiología. Por ejemplo, las vías vagales al corazón son inhibidoras, y al ralentizar la frecuencia cardiaca pueden producir un estado de calma. El restante 80 por ciento son vías sensoriales que trasladan información desde distintos puntos del cuerpo al cerebro (pg. 66).
Según la teoría polivagal, existen dos sistemas vagales. La teoría polivagal destaca ciertos cambiós que tuvieron lugar, especialmente en las vías motoras vagales, con la aparición de los mamíferos. La inmovilización, la braquicardia y la apnea son componentes de un sistema defensivo que apareció en los vertebrados mucho antes de que surgieran los mamíferos (pg. 68).
Con la evolución de los mamíferos aparece una segunda y exclusiva vía vagal que Porges denomina "nervio vago inteligente" o "mielínico" frente a la vía filogenéticamente anterior que es amielínica, y que está también presente en los peces, los reptiles y los anfibios. Una diferencia entre ambas vías es que la primera es principalmente supradiafragmática (conecta con órganos como el corazón y los bronquios y con la regulación de la voz y la cara), mientras que la segunda es principalmente subdiafragmática (conecta con órganos como el intestino).

Porges concluye que los estados y respuestas del sistema nervioso autónomo en los humanos y otros mamíferos no se pueden explicar simplemente como el producto de la actividad antagónica de los componentes simpáticos y parasimpáticos, sino que deben reconocerse tres subsistemas funcionales organizados jerárquicamente a través de la evolución: "(1) vías vagales amielínicas encargadas de la regulación vagal principal de los órganos situados por debajo del diafragma; (2) vías vagales mielínicas encargadas de la regulación vagal principal de los órganos situados por encima del diafragma y (3) el sistema nervioso simpático (pg. 69).
Los circuitos evolutivamente más recientes inhiben los anteriores, pero "[a]nte un reto, la regulación del sistema nervioso autónomo se degrada secuencialmente a circuitos anteriores, en un intento adaptativo de sobrevivir" (pg. 71).


En relación con la vía vagal mamífera, el autor identifica un sistema rostro-corazón que, a su vez, forma un "sistema de conexión social integrado" (p. 127).

La conciencia del cuerpo.
Esta cuestión conecta directamente con las prácticas de mindfulness: "a menudo adoptamos una estrategia inadaptativa al desconectar de la información que nos transmite el cuerpo" (pg. 162).

[En construcción]

1 comentario:

  1. Hola,
    Me gustaría saber si es un libro "entendible" para no profesionales. He empezado terapia con EMDR y me gustaría tener más información.
    Muchas gracias

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