Alfredo Martinez Sanchez

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miércoles, 22 de marzo de 2017

Compasión, Altruismo, y Empatía

¿Son la compasión y el altruismo "naturales"?

Para empezar, el altruismo y la compasión son fenómenos y conceptos distintos.
No se puede argumentar que la compasión es algo "natural" apelando a experimentos en niños y en animales en los que parece haberse establecido que el altruismo es algo "natural" (donde "natural" significa innato y, según algunos, precognitivo y prelingüístico).


Una segunda cuestión es qué han establecido en realidad los experimentos aludidos. Por ejemplo, añado a continuación un enlace de la universidad de Stanford donde se reseña una investigación que matiza el carácter innato del altruismo: Stanford report.

La explicación de cómo el altruismo ha podido surgir en términos evolutivos ha sido siempre una custión controvertida. Pero ese no es el tema central de esta entrada (aunque incluyo algunas ideas más abajo), la cuestión que planteo es que del hecho de que el humano esté evolutivamente preparado para acciones cooperativas y altruistas no se infiere el caracter innato, precognitivo, y prelingüístico de la compasión.

Un argumento semejante se ha formulado con relación a la empatía: es decir pasar de una premisa sobre el carácter innato-natural de la empatía a una afirmación sobre el carácter innato-natural de la compasión. Como suele ocurrir, todo se puede resolver a golpe de definiciones, pero no está clara, en primer lugar, la naturaleza de la empatía. Por ejemplo, Vignemont y Singer (2006) cuestionan que la empatía realmente se dispare automáticamente cada vez que observamos las emociones de los demás. Otro frente interesante es el debate sobre las neuronas espejo (Hickok 2014). Pero los más importante es que, desde mi punto de vista, ni la empatía ni el altruismo "natural" generan directamente la compasión.


SOBRE EL ORIGEN "NATURAL" DEL ALTRUISMO, LA COOPERACIÓN Y LA AGRESIÓN
(donde el término frecuentemente equívoco "natural" debe ser sustituido por "evolutivo").

Para empezar, una cita de un conocido manual de Psicología Evolucionista en su edición de 2012: "El estudio de los mecanismos psicológicos evolutivos en los que sustentan las coaliciones cooperativas está en su infancia" (Buss, D. M., Evolutionary Psychology: The New Science of the Mind, p. 293).
El capítulo 9 de esta obra está dedicado a las alianzas cooperativas, mientras que el capítulo 10 trata de la agresión y la guerra. Se analizan distintas propuestas para explicar la evolución tanto de unas como de otras. Gran parte de las conductas altruistas se explican por el beneficio que, en términos genéticos, proporcionan a los familiares. Cuando se trata de interacciones con individuos no conectados genéticamente la explicación es más compleja, ya que debe justificar el beneficio que la persona que realiza la acción puede obtener (las propuestas más conocidas son las del altruismo recíproco y la teoría del contrato social). En cuanto a la agresión, encontramos distintos posibles problemas adaptativos para los que la agresión puede ser una solución en términos evolutivos. Desde el punto de vista de la psicología evolucionista los mecanismos que subyacen a la agresión han surgido posiblemente como soluciones (por repugnantes que puedan llegar a ser) para distintos problemas adaptivos, como la obtención de recursos, la competición intrasexual, la negociación jerárquica, y la retención de la pareja (p. 325).
Una observación interesante es que entre las más de 10 millones de especies animales existentes solo en dos de ellas se han documentado coaliciones masculinas coordinadas que asaltan territorios vecinos y resultan en ataques letales contra miembros de su propia especie. Estas dos especies son los humanos y los chimpancés (p. 298).
En algunas culturas tribales que han tenido poco contacto con el mundo moderno occidental parece ser que la guerra es muy frecuente, cuando no un estado permanente, por ejemplo entre los Yanomamis o Yanomamo.


Uno de los psicólogos que más ha investigado en el ámbito de la compasión, Paul Gilbert (en su libro Mindful Compassion, en el que aparece como segundo autor Choden) subraya la importancia de la motivación consciente, de la elección deliberada, y del entrenamiento en la emergencia de la compasión. En este sentido deja claro, por ejemplo, que la empatía no necesariamente conduce a la compasión, y no solo eso, sino que la empatía puede utilizarse de una manera muy destructiva (el torturador no empático te pone una pistola en la cabeza, el empático se la pone a tu hijo -ejemplo del autor-). En este sentido, quizás sería interesante tener en cuenta la distinción entre empatía afectiva y empatía cognitiva (https://greatergood.berkeley.edu/article/item/which_factors_shape_our_empathy).


EMPATÍA
Siguiendo con el tema de la empatía, Paul Ekman, incluye la empatía en su lista de factores que pueden originar emociones, pero señala que eso no siempre ocurre, que no ocurrirá si no nos importa la otra persona, si no nos identificamos de alguna manera con ella. Además, es posible percibir las emociones de una persona y sentir una emoción completamente diferente (por ejemplo, ante una persona que siente y expresa ira se puede experimentar miedo) (Emotions Revealed, p. 35).
 
 


[EN CONSTRUCCIÓN]



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