Alfredo Martinez Sanchez

©Alfredo Martinez Sanchez (2017-2023)

lunes, 6 de marzo de 2017

Mindfulness: A Proposed Operational Definition (Bishop et al, 2004)

El término "mindfulness" se ha utilizado en distintos contextos sin una definición precisa y universalmente aceptada. Este artículo pretende ofrecer un "consenso definicional" que resuelva el problema y que impulse un concepto de mindfulness con el que se pueda trabajar científicamente. Para ello, los autores proponen un modelo de dos componentes ("a two-component of mindfulness) como definición operacional.

El primer componente de este modelo supone la autoregulación de la atención dirigida a la experiencia inmediata, de manera que se permita un incremento en el reconocimiento de los eventos mentales en el momento presente. El segundo componente implica adoptar una orientación particular hacia esa experiencia, caracterizada por la curiosidad, la apertura y la aceptación (p. 232).

El primer componente requiere la capacidad de sostener la atención al tiempo que se cambia de objeto, yendo desde la respiración a los pensamientos, emociones o sensaciones, y desde ellos, de nuevo, a la respiración. En este contexto, mindfulness puede ser entendido como una habilidad metacognitiva. La metacognición requiere dos procesos conectados, monitorización y control, y ambos se dan en la práctica del mindfulness.

El segundo componente se refiere a una determinada actitud hacia los contenidos de la conciencia, esa actitud abierta, de curiosidad y aceptación, puede estar relacionada con la inhibición del tratamiento o procesamiento elaborativo de tales contenidos (rumiación, etc.). [En el artículo no queda totalmente claro si esta inhibición está determinada por el primer componente o por el segundo, más bien parecen incluirla en el primero, pero creo que se entiende mejor en relación con el segundo].


Con respecto al primer componente, una de las predicciones del modelo es que el desarrollo del mindfulness estará asociado a una mejora en la atención sostenida y en la capacidad de mover el foco de la atención de un objeto a otro.
Con respecto al segundo componente, una predicción es que la actitud de curiosidad y aceptación debería llevar a una reducción en el uso de estrategias cognitivas y conductuales para evitar aspectos de la experiencia, así como a incrementar la apertura disposicional, un rasgo caracterizado por la curiosidad y la receptividad hacia nuevas experiencias. Además, cuando esta actitud es dirigida hacia pensamientos o sentimientos dolorosos o desagradables se puede esperar que cambie el contexto psicológico de la experiencia. De este modo: "In essence, emotional distress would be experienced as less unpleasant and threatening since the context of acceptance changes their subjective meaning" (p. 233).


Si tomáramos el resumen que los autores ofrecen tras presentar los dos componentes como una propuesta de definición el resultado sería más bien farragoso: "vemos mindlfulness como un proceso de regular la atención para generar una cualidad de conciencia no elaborativa sobre la experiencia actual y una cualidad de relación con la propia experiencia con una orientación de curiosidad, apertura experiencial, y aceptación. Además, vemos mindfulness como un proceso de conseguir comprensión (insight) sobre la naturaleza de la propia mente y la adopción de una perspectiva descentrada sobre los pensamientos y las emociones, de manera que puedan ser experimentadas en términos de su subjetividad (versus su validez necesaria) y su naturaleza transitoria (versus su permanencia)" (p. 234).
 Más que una definición parece una enumeración de rasgos, un listado de características, que tampoco sabemos si se consideran necesarias y/o suficientes. Al menos parece quedar claro que mindfulness es entendido como un "proceso" psicológico. Sin embargo, la cosa se complica un poco más cuando los autores añaden que mindfulness es un "modo de conciencia" (a mode of awareness), pero, en definitiva, lo que quieren decir es que mindfulness no es un estado de conciencia, y que prefieren la expresión "modo", en vez de "estado", porque refleja el carácter procesual que los autores desean subrayar.
Por otra parte, también entienden mindfulness como una habilidad, y en este sentido consideran que está más cerca de ser un estado [vuelven a usar el término] que de ser un rasgo, debido a que depende de que se oriente y se mantenga la atención en la manera apropiada, es decir, que en el momento en que se deja de regular la atención de esta manera concreta se abandona el estado (modo) de mindfulness.

Un aspecto interesante del artículo es que los autores consideran que mindfulness es un modo de conciencia que rebasa el ámbito de la meditación y que puede alcanzarse o llevarse a cabo con independencia de las prácticas meditativas (pp 234-235). [No me queda totalmente claro si lo que quieren decir es que se puede llegar a este modo de conciencia aunque no se esté meditando, una vez que se conoce la técnica, si afirman que se puede llegar a alcanzar el modo de conciencia por vías no meditativas, o si lo que afirman es que la meditación solo es necesaria como camino para aprender las habilidades necesarias para alcanzar este modo de conciencia (una vez aprendidas las meditación dejaría de ser necesaria)].

Hay una serie de cualidades que los autores no han incluido en su definición, pero que aparecen en la literatura sobre mindfulness.Los autores entienden que estas cualidades son más bien resultados (o beneficios potenciales) del aprendizaje de la pŕactica de mindfulness o de su manteniento en el tiempo. Entre estas cualidades mencionan: la paciencia, la confianza, la no reactividad, la sabiduría, y la compasión. Incluir estas cualidades en la definción reduciría la utilidad del constructo.

Al comparar la definición con otros constructos próximos, los autores concluyen que la noción de mindfulness que proponen está más cerca de aquellos constructos que implican un proceso de auto-observación que de los que implican un proceso de auto-conocimiento per se [me interesante la mención de la intropescción entre los primeros]. El auto-conocimiento es más bien un resultado al que se puede llegar por distintos medios (meditación o psicoterapia). Pero los autores consideran que es también importante distinguir el tipo de auto-observación en mindfulness de otros procesos de auto-observación porque ciertas formas de atención centrada en uno mismo (self-focused attention) pueden aumentar el sufrimiento y mantener o intensificar la psicopatología.

El artículo incluye también una breve revisión, desde la óptica de su propuesta, sobre cómo se aplica mindfulness en la práctica clínica, concluyendo que el concepto de mindfulness puede ser integrado en modelos acutales de psicoterapia. En especial destaca el papel de mindfulness con respecto al pensamiento rumiativo (descentramiento, defusión) y a la evitación experiencial (aceptación). Quizás podrían prestar más atención a los efectos de la mera autoconciencia, que implica por sí misma cierto distanciamiento con respecto los contenidos de la conciencia (aunque mencionan que el cliente es más consciente de los pensamientos y sentimientos).

Por otra parte, y en otra sección, los autores indican que distintos intentos de introducir mindfulness en el mundo de la psicología clínica se basan en gran medida en especulaciones que no han sido comprobadas (p. 231) (el artículo, recordemos, es de 2004).


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