Alfredo Martinez Sanchez

©Alfredo Martinez Sanchez (2017-2023)

miércoles, 1 de marzo de 2017

YOGA COMO MEDITACIÓN

La práctica del yoga va acompañada, con cierta frecuencia, de alguna actividad o ejercicio meditativos, por ejemplo, el canto de mantras. Pero el tema de esta entrada no es "yoga y meditación", sino el yoga como meditación o "Yoga Meditativo".

El Yoga Meditativo no es un tipo especial de yoga, simplemente consiste en subrayar, o poner especial atención en algunos de los elementos que ya pertenecen a la práctica normal del yoga, o al menos deberían estar presentes en ella. Estos elementos son, fundamentalmente, la atención-concentración, practicando con conciencia frente al automatismo, y el desarrollo de la mente observadora o yo observador, además del auto-cuidado (o la amabilidad).

En el Yoga Meditativo es importante el momento de entrar en la actitud meditativa. Puede hacerse sentados sobre un cojín, de pie con los ojos cerrados, o acostados en la posición conocida como savasana. Consiste en dedicar unos minutos a focalizar nuestra atención en nuestro cuerpo y en nuestra respiración, situando nuestra mente en el "modo aquí-y-ahora". Puede considerarse una breve meditación en sí misma.

En el Yoga Meditativo tenemos claro que no perseguimos ningún objetivo físico, como realizar determinadas posturas (asanas), los movimientos se llevan a cabo de forma lenta, y estamos atentos a todos los movimientos, incluyendo las transiciones, tratando de mantener la continuidad de la concentración. Al entrar en una asana sostenemos la atención sobre el cuerpo, y una vez que hemos entrado, corrigiéndola si es necesario, pasamos la atención a la respiración, respirando de manera profunda (a veces no tanto) y lenta, relajando aquellas partes del cuerpo que no estemos trabajando. En cualquier momento llegará a nuestra mente alguna distracción, un pensamiento, una imagen, un recuerdo..., es normal. Al igual que en otras prácticas meditativas, lo que haremos entonces será simplemente volver a llevar nuestra atención al cuerpo y a la respiración, y lo haremos de una manera amable y comprensiva [A diferencia de ciertos tipos de meditación, no será necesaria una monitorización más o menos detallada del contenido de las distracciones, simplemente ser conscientes de que la distracción se está produciendo y reconducir la atención].

Cuando estemos situados en una asana practicaremos la mente observadora (o "yo observador"). Podemos llamar "zona de trabajo" al nivel de esfuerzo óptimo en nuestra práctica personal. Si nos pasamos, y nos situamos por encima de este nivel, podemos lesionarnos, si, por el contrario, nos quedamos cortos no aprovechamos todos los beneficios que el yoga puede proporcionar. En la zona de trabajo pueden aparecer sensaciones desagradables o incómodas, primero las escuchamos ya que pueden ser una valiosa información sobre nuestra práctica y si decidimos que forman parte de ella entonces observamos conscientemente cualquier sensación sin juzgarla, sin evitarla ni desearla, manteniendo la asana.
El autocuidado y la amabilidad se reflejan en que no sobrepasamos nuestros límites "duros" (solo los "blandos". Recuerdo una vez que estuve más de 10 minutos en sarvangasana (una postura invertida), a los 4/5 minutos mi mente ya me estaba diciendo "baja", "ya está bien", "estás cansado", y a continuación "estás al límite", "no puedo más". Fue una buena ocasión para practicar con la mente observadora y experimentar la impermanencia de las sensaciones, observando no solo las sensaciones corporales sino también la propia mente, aunque hay que tener en cuenta que este tipo de prácticas tiende a fomentar un modo de exigencia que es ajeno al yoga que se incluye en cursos como MBSR y MBCT. Otras cuestiones relevantes son las que conciernen a la existencia de una transformación y un progreso (por ejemplo, en qué sentido un asana es un objetivo), así como a la dialéctica cambio/aceptación. Un aspecto para reflexionar puede ser la "monitorización de la discrepancia" (cf. MBCT) en yoga: estoy aquí y quiero llegar allí, ¿cuál es la distancia? ¿cómo la reduzco?

En cualquier caso el yoga ofrece una oportunicad excelente para explorar la propia mente (pensamientos, emociones, impulsos, aversión, deseo, exigencia, autocrítica...).

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